ANDREA GONZÁLEZ-VILLABLANCA ES INVITADA A PARTICIPAR EN LA CONSULTA GLOBAL DEL FONDO FIDUCIARIO DE LA ONU Y ONU MUJERES SOBRE ACCESO A LA JUSTICIA PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA NIÑAS Y MUJERES MRKH
Nuestra fundadora, la periodista Andrea González-Villablanca, fue invitada a participar en la nueva consulta global del Fondo Fiduciario de la ONU y ONU Mujeres sobre Acceso a la Justicia para Erradicar la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, en el marco de la Plataforma SHINE y del grupo “Aprendiendo de la práctica de la sociedad civil”. Esta invitación surge tras ser reconocida como una de las mujeres más activas y relevantes en el intercambio de conocimientos del SHINE Hub, donde su trabajo ha contribuido a visibilizar realidades históricamente excluidas del debate internacional.
Andrea, participa en esta consulta como fundadora de Mujer MRKH · Ninfas de Rokitansky®, única periodista en el mundo en su área de investigación y mujer nacida con el Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH), una condición congénita que expone a niñas y mujeres a formas de violencia que siguen sin ser reconocidas por sistemas de salud, justicia y protección.
Su aporte se basa en más de 15 años documentando y visibilizando violencias estructurales que afectan a niñas y mujeres con MRKH —violencias que rara vez se mencionan en espacios globales, pero que definen nuestra vida, nuestra seguridad y nuestro derecho a existir con dignidad.
Hablamos de:
-Violencia médica normalizada, donde se nos obliga a “corregir” nuestros cuerpos como si hubiésemos nacido defectuosas.
-Dilataciones vaginales forzadas en niñas, un acto profundamente invasivo que se practica bajo la idea de “prepararlas para ser mujeres”.
-Cirugías presionadas o impuestas para adaptar nuestros cuerpos a normas culturales ajenas a nuestra voluntad.
-Obligación de hablar de nuestra vida sexual con desconocidos para justificar procedimientos.
-Negación de atención respetuosa, falta de protocolos y profesionales sin formación.
-Presión para someterse a fertilización asistida, aun cuando muchas no desean la maternidad.
-Discriminación laboral, aislamiento y estigmatización cuando se conoce nuestro diagnóstico.
-Violencia por omisión, cuando instituciones y Estados nos invisibilizan completamente.
-Imposibilidad de nombrar nuestro síndrome sin ser juzgadas, culpadas o reducidas a un tabú.
Como periodista, defensora y mujer MRKH, Andrea enfatiza en que "nuestra primera forma de justicia es ser reconocidas como sujetas de derechos. Pretendo concientizar para que ninguna niña enfrente sola un sistema que la niega, la silencia y la estigmatiza".
Su participación en esta consulta busca llevar nuestras voces a los espacios donde se diseñan las políticas internacionales, y contribuir a que la CSW70— (la séptima sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer)— incluya realidades que han sido ignoradas durante décadas.
Este es un paso más en un camino que hemos trabajado durante años: "que las niñas y mujeres con MRKH sean escuchadas, protegidas y reconocidas en el sistema internacional de derechos humanos", especificó.
Mujer MRKH · Ninfas de Rokitansky® | Diciembre 12, 2025
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Nacimos con esta condición médica, que consiste en una variación congénita del desarrollo reproductivo que afecta la formación del aparato reproductor y nuestra salud en diferentes etapas de nuestras vidas (aunque la medicina se empeñe en negarlo). Nuestra labor es visibilizar las violencias estructurales, (médicas, íntimas, sociales, profesionales, económicas, tecnológicas/digitales) y principalmente institucionales que enfrentamos desde niñas y en contextos donde los sistemas de salud, justicia y protección aún no reconocen nuestros derechos.
A continuación parte del informe presentado por nuestra fundadora,
"▪️| REFLEXIONES SOBRE LAS TRES VÍAS PROPUESTAS
Las tres vías planteadas reflejan de manera general cómo las organizaciones de derechos de las mujeres y de la sociedad civil (OSC) trabajan por el acceso a la justicia; Sin embargo, desde nuestra experiencia acompañando a niñas y mujeres con MRKH, consideramos esencial ampliar el análisis para incluir formas de violencia que rara vez son mencionadas en espacios multilaterales, pese a su gravedad.
1. Consolidar la justicia en las comunidades
Para las niñas y mujeres con MRKH, la comunidad no es un apoyo adicional: es, en muchos casos, el único acceso real a protección.
Hemos acompañado a niñas que reciben su diagnóstico en silencio, sin información, sin apoyo emocional y sin rutas institucionales. Muchas viven este proceso en soledad absoluta, creyendo que nacieron “defectuosas”, “rotas” o “incompletas”, porque así se lo transmiten profesionales de la salud, docentes, pares e incluso sus propias familias.
La comunidad —cuando existe— se convierte en el primer espacio donde se valida su dignidad humana, se detiene la revictimización y se evita que la discriminación avance al terreno del daño psicológico irreversible. Allí, la justicia empieza como acompañamiento humano, antes de transformarse en proceso legal.
2. Crear instituciones de atención centradas en las sobrevivientes
En el caso del MRKH, hablar de instituciones centradas en las pacientes implica enfrentar realidades duras:
-Violencia médica normalizada, donde niñas son sometidas a tactos invasivos sin consentimiento informado ni sensibilidad.
-Dilataciones vaginales forzadas, indicadas como “tratamiento obligatorio”, incluso cuando la niña no quiere ser intervenida o no está emocionalmente preparada.
-Presiones para operarse, para lograr cavidad vaginal bajo la amenaza de que “nunca serán normales” si no acceden.
-Imposición de narrativas de maternidad, donde se obliga a adolescentes a discutir fertilidad, procedimientos y reproducción asistida cuando muchas jamás han expresado deseo de ser madres.
-Hospitales sin protocolos, profesionales desinformados y sistemas de salud que tratan el MRKH como anomalía vergonzosa.
-Abusos sexuales encubiertos de “procedimientos médicos”, cuando se obliga a una niña a tolerar exploraciones genitales reiteradas sin justificación clínica adecuada.
-Negación institucional del daño, que deja a niñas y mujeres sin capacidad real de denunciar.
Para quienes vivimos con MRKH, la violencia médica es una de las formas más severas de vulneración de derechos. Una institución verdaderamente centrada en las sobrevivientes debe reconocer no sólo la violencia por acción, sino también la violencia por omisión: el silencio, la negligencia, el abandono y la falta de protocolos son también agresiones estructurales.
3. Impulsar el cambio estructural desde abajo
Como OSC que trabajamos en este ámbito hemos debido investigar, producir evidencia, redactar documentos, informar a profesionales, incidir internacionalmente y construir marcos éticos en ausencia total de políticas públicas y de reconocimiento legal.
Hemos documentado cómo, en diversos países:
-niñas y adolescentes con MRKH crecen sin políticas,
-no existen protocolos médicos,
-el acceso a la salud mental es inexistente,
-las leyes no contemplan esta condición,
-los sistemas de justicia no reconocen la violencia médica ni la negligencia institucional,
-existe estigmatización laboral al conocerse el diagnóstico,
-se nos obliga a revelar nuestra vida sexual para acceder a atención,
-se nos excluye socialmente por no menstruar, no poder gestar o no desear maternidad.
-La ausencia de marco legal no es neutra: produce desprotección, silenciamiento y más violencia.
▪️| LO QUE AÚN FALTA EN EL ENFOQUE GLOBAL
Desde nuestra experiencia, consideramos que el enfoque global sobre acceso a la justicia debe incluir:
-Violencia estructural por invisibilidad médica y legal.
-Violencia por omisión institucional, que en nuestra comunidad es una herida permanente.
-Violencia médica, incluyendo procedimientos invasivos sin consentimiento, trato indigno y patologización del cuerpo femenino diverso.
-Impacto diferenciado en niñas y adolescentes, especialmente al momento del diagnóstico.
.Estigmatización laboral, aislamiento social y discriminación estructural.
-Reconocimiento formal de las variaciones congénitas del desarrollo reproductivo como categoría de protección y vulnerabilidad.
-Estas realidades siguen ausentes en la mayoría de los debates globales sobre la violencia contra las mujeres, a pesar de afectar de manera directa el acceso a la justicia y a la reparación.
▪️| REFLEXIÓN FINAL (TESTIMONIO)
No escribimos sólo como defensora de derechos humanos, sino como una mujeres que nacieron con MRKH.
Sabemos en nuestro propio cuerpo lo que significa no ser nombradas, no ser registradas, no ser comprendidas. Sabemos lo que significa que nos definan por “lo que nos falta” y no por lo que somos. Sabemos lo que es atravesar un sistema que presiona para decidir sobre nuestro cuerpo sin preguntar por tus verdaderos objetivos en la vida.
Para muchas de nosotras, el primer acto de justicia no ocurre en un tribunal:
ocurre cuando entendemos que nuestro cuerpo es digno, suficiente y legítimo.
El acceso a la justicia comienza en ese reconocimiento fundamental.
Agradecemos profundamente este espacio y esperamos que estas reflexiones contribuyan a fortalecer una incidencia más inclusiva, más sensible y más representativa de todas las mujeres y niñas, especialmente de aquellas cuyas realidades siguen siendo invisibles incluso en los espacios dedicados a “no dejar a nadie atrás”.
Nuestro compromiso es seguir aportando, desde la evidencia, el periodismo, el testimonio y la defensa internacional, para que ninguna niña con MRKH vuelva a enfrentar completamente sola aquello que tantas hemos vivido en silencio.
▪️| TRAS PRESENTAR NUESTRO INFORME NOS PREGUNTARON:
"En el momento en que mencionas la violencia médica normalizada y las dilataciones vaginales forzadas como «tratamiento obligatorio», me pregunto cuáles son las estrategias para abordar estos elementos de manera específica, teniendo en cuenta la falta de marcos legales. ¿Compartirías algún enfoque alternativo o comunitario que hayas llevado a cabo o con el que te hayas encontrado y que haya sido de alguna manera eficaz para prevenir o responder a ellos?"
La respuesta de nuestra fundadora:
La violencia médica normalizada y las dilataciones vaginales forzadas son expresiones de una violencia estructural profunda, sostenida por la invisibilidad de niñas y mujeres con MRKH en los sistemas de salud, justicia y protección. En ausencia de marcos legales específicos, nuestras estrategias deben ser prácticas, centradas en las pacientes y basadas en la evidencia, porque la ley sola no protege a quienes somos sistemáticamente ignoradas.
En Mujer MRKH · Ninfas de Rokitansky® hemos desarrollado enfoques que han demostrado ser efectivos para prevenir y responder a estas violencias:
- Redes comunitarias de protección y acompañamiento humano: Creamos espacios seguros donde niñas y adolescentes reciben información completa sobre su cuerpo, derechos y opciones médicas voluntarias. La identidad de cada participante se protege estrictamente, porque muchas han sido víctimas de violencia, discriminación y hostigamiento social, incluso siendo etiquetadas cruelmente como “chicas sin vagina”. Garantizar este anonimato es fundamental para que puedan participar sin miedo, recibir apoyo y reconstruir su confianza. Este acompañamiento emocional y educativo reduce la revictimización, fortalece la resiliencia y protege la dignidad desde el primer diagnóstico, antes de que cualquier institución formal pueda intervenir.
- Educación y sensibilización para profesionales y familias: Buscamos ampliar nuestro proyecto, que hasta ahora sólo se ha desarrollado en reuniones informales, para implementar programas de capacitación estructurados dirigidos a médicos, psicólogos y familias, centrados en consentimiento informado, respeto absoluto por la autonomía corporal y atención verdaderamente centrada en la paciente. Estas capacitaciones han demostrado transformar prácticas coercitivas y procedimientos invasivos normalizados, incluso en contextos donde no existen protocolos oficiales ni marcos legales claros. Con estas intervenciones, los profesionales de la salud aprenden a escuchar, informar y acompañar sin presionar, mientras las familias adquieren herramientas para proteger y respaldar a sus hijas. Como resultado, las niñas y adolescentes con MRKH pueden tomar decisiones sobre su cuerpo y tratamientos con plena autonomía, incluyendo la opción de no realizar ningún procedimiento si así lo desean. El respeto absoluto a su decisión reduce la revictimización, la ansiedad y el daño emocional, y garantiza que su voluntad sea prioritaria desde el primer contacto con el sistema de salud. Este enfoque evidencia que la educación y sensibilización son instrumentos esenciales para prevenir violencia médica y asegurar justicia, dignidad y protección, y sienta las bases para una expansión y formalización del proyecto a nivel institucional e internacional.
- Documentación y visibilización internacional: Recopilamos casos de violencia médica y negligencia institucional, que publicamos en nuestro blog Mujer MRKH · Ninfas de Rokitansky® y que usamos para presentar informes e incidir en Ministerios de la Mujer y la Equidad de Género, autoridades en la materia, foros multilaterales, organismos internacionales y medios especializados, generando presión ética y política para que se reconozcan estas violaciones de derechos humanos y se establezcan protocolos que protejan a quienes históricamente han sido invisibilizadas.
- Utilizo del periodismo para generar conocimiento y evidencia: Como periodista especializada y fundadora de Mujer MRKH · Ninfas de Rokitansky®, he utilizado el periodismo como herramienta de investigación sobre mi propia condición médica, el Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH). Esta labor me ha permitido documentar la falta de información clara y confiable, entender cómo la ausencia de diagnóstico integral afecta la salud física, emocional y social a lo largo de la vida, y exponer los diferentes tipos de violencias que enfrentamos las mujeres con MRKH.
Estas estrategias muestran que, cuando los sistemas formales fallan, la comunidad, la evidencia y la visibilización son nuestras herramientas más poderosas para garantizar justicia, dignidad y protección. Son acciones concretas que salvan cuerpos, defienden derechos y sientan las bases para exigir cambios legales y estructurales urgentes.
- ¿TE UNES A NUESTRA LUCHA?
¿POR QUÉ ES VIOLENTO NO HABLAR DE NIÑAS, ADOLESCENTES Y MUJERES MRKH?
- QUÉ HICIMOS EN
- QUÉ HICIMOS EN
- QUÉ HICIMOS EN
- QUÉ HICIMOS EN
- QUÉ HICIMOS EN
- QUÉ HACEMOS DESDE

